Este será un post largo, porque detrás hay muchas cosas que contar.
Recibo un día un mail de Sandra en el que me cuenta que quiere hacer una inauguración. Busco el nombre de la tienda en google y aparece una tienda, de esas tan tan bonitas que no puedes olvidar. Quedamos un día para vernos Sandra, Inma y yo y vuelvo completamente enamorada de la tienda y del proyecto y sintiéndome afortunada de trabajar con algo con tanta alma.
Henna Morena es una tienda de productos naturales para el pelo, champús, aceites, y henna fresca para teñir el pelo, además tiene manteca de Karité 100 % pura, traída desde Burkina Faso. Pero Henna Morena es más que una tienda, es un proyecto que pretende recuperar viejas costumbres, el teñirse el pelo unas a otras (están pensando en crear grupos para intercambio en los que unas mujeres les tiñan el pelo a otras), las cosas a fuego lento y esos olores que huelen a limpio y a natural. Una tienda en la que se toman su tiempo para explicarte como utilizar la henna fresca, y para aconsejarte.
La premisa fue Mediterráneo, jamón, aceites, pan, vino y aceitunas.
Buscamos recipientes antiguos en los que colocar todo, como si hubieras ido al pueblo de tu abuela y rebuscando en la despensa hubieras utilizado la loza antigua y sacado algo para picar.
Soperas, fuentes de la cartuja descascarilladas en blanco, y cartelitos pintados en acuarela para señalizar.
A la fiesta sólo queríamos llevar ingredientes hechos con el mismo mimo.
Hicimos varios aceites con cremas mediterraneas para untar en el pan.
Aceite Novecientos, que es el aceite que distruye Carlos, mi mejor amigo, ingeniero agrónomo, que dejó Madrid por amor y se fue a Jaén. Y decidió buscar el mejor aceite entre todas las almazaras, para que los que vivimos en ciudades podamos comer como si viviéramos en el campo. Una aceite recogido en olivos que están a 900 metros buscando la mayor calidad en la oliva.
Y para untar, pan de
Triticum, un pan que probé en casa de unos amigos y que recordé durante tiempo, hasta que un día, tomando una café con
las coleccionistas, me cuentan que han hecho
unas fotos de un panadero de Cabrera, y me acuerdo del pan que probé. Al decirme el nombre me doy cuenta de que fuimos a la misma clase en 5º, 6º y 7º de EGB. Triticum son sabores para recordar, un placer diario y darse cuenta de que hay lujos que están al alcance de nuestra mano. En 8 días inauguran tienda en Barcelona en la fábrica de Moritz. Ya sé donde voy a comprar el pan a partir de la semana que viene.
Perdón por las fotos pero las hice con el teléfono (lo cual me hace plantearme una vez más que tengo que ir con fotógrafo a los sitios)
Feliz miércoles