Al igual que no puedo concebir nuestra boda sin mis seres queridos, tampoco puedo concebir nuestra boda sin Laura.
Cuando decidimos celebrar nuestra boda yo andaba muy perdida, ilusionada y nerviosa porque lo más importante para nosotros era que nuestra fiesta fuera algo muy especial, algo que se saliera de lo común y que hiciera disfrutar mucho a nuestra familia y amigos que venían desde tan lejos la mayoría de ellos: Grecia, Alemania, Austria, Sudáfrica, Venezuela… La cosa no era fácil porque además en ese momento nosotros estábamos viviendo en el extranjero también, así que pensé que lo mejor sería buscar a alguien que nos ayudara y de este modo comencé a buscar a Laura. Y digo que empecé a buscar a Laura porque aunque no sabía su nombre era exactamente a quien estaba buscando.
Después de llamar a varios sitios y de investigar muchas webs y blogs durante algunas semanas, topé con "Fueron felices". Llamé por teléfono y supe enseguida que era ella la persona que necesitábamos: me transmitió confianza, mucha alegría y una profesionalidad que me hizo sentir tranquila y confiada… y ¡más ilusionada de lo que ya estaba! Enseguida supe y sentí que ella estaría todo el tiempo a mi lado y que todo saldría como habíamos imaginado Hannes y yo… que al fin y al cabo era como también lo imaginaba Laura porque ella tiene la especial capacidad de ponerse en tu lugar y de hacerse cómplice de todo.
Laura nos pasó un cuestionario al conocernos y lo que parecía un mero trámite se convirtió en el punto de partida para que diera rienda suelta a ese torrente de creatividad, buenas ideas y generosidad que es. Porque sí, también es generosa, mucho. Ella no se guarda nada, aunque no esté dentro de sus funciones y saca el mayor partido a los materiales, tiempo y presupuesto. Lo hará únicamente por ti aunque a ella la suponga más esfuerzo. Y todo eso lo hace en silencio…. hasta que un día te das cuenta de todo y no puedes evitar cogerle cariño. Lo importante, además de lo bonito que va a quedar todo, es contar con una persona como ella que esté a tu lado compartiendo ese proyecto, y que busque y haga lo mejor para ti.
Por otra parte Laura vive en Barcelona y yo en Madrid pero la sentí muy cerca, cerquísima. De hecho no la conocimos en persona hasta pasado un tiempo que vino a vernos, aunque la distancia no supuso ningún problema para la organización y cuando la vi parecía que la conocía de siempre.
Trabajamos un montón: comprando cosas, construyendo detalles, carteles, globos… y es que nosotros también queríamos participar en ese sentido y fue maravilloso porque todo el trabajo mereció más que la pena.
Al final llegó el día de la celebración y Laura y su equipo estaban allí junto con Sophie, una ceramista y attrezzista de teatro encantadora que vino con ella participó también en que todo fuera perfecto. El equipo lo organizaba todo y las cosas iban a apareciendo y estando en su punto y justo lugar ¡como por arte de magia! Ese día Hannes y yo sólo nos tuvimos que preocupar de disfrutar y de recibir a nuestros invitados que llegaban para pasar el fin de semana de celebración en el sitio que elegimos: El Refugio del Alto Rey, que es el lugar más bonito que conozco para celebrar cualquier cosa. Un refugio de montaña acogedor y elegante que está en medio de un hayedo en Guadalajara. Allí trabajan Paco y su equipo, el cuál se hizo cómplice de Laura enseguida y trabajaron codo con codo para que todo estuviera perfecto. De hecho Laura, cosa que agradecí muchísimo, ya había ido a conocer a Paco mucho antes de la boda para controlar el tema de menús (¡fueron muchos menús porque fueron varios días!), el tema de decoración del lugar, horarios…
Y Laura también nos presentó a David, a David Naval, el fotógrafo… y qué fotógrafo (y qué persona, ¡porque es majísimo!), ¡qué contentísimos estamos con sus fotos, qué preciosidad! y los invitados impresionadísimos también.
Gracias a todos por haber hecho de nuestra celebración algo tan especial, gracias Laura.
Sus